Estudiemos por un momento este rostro. Esa mirada vacía, la boca entreabierta. Nadie diría que este chaval está contemplando su victoria suprema. Su consolidación como rey. Rey de Baltimore.
Él recoge el trono de la familia Barksdale, lo recoge o lo toma por la fuerza, pues Marlo es la nueva generación. Harta de reglas, de normas ancestrales. No busca más gloria que llevar la corona. Es la antítesis de Stringer Bell. Nació en la calle y ése es su hábitat. Ser temido y respetado e incluso admirado en esas esquinas es su meta.
Volvamos a su rostro impasible. Es el rostro de alguien que llegado tan lejos como se atrevió a soñar. ¿Qué debe sentir...?
Nada. El vacío más absoluto. Esa es la impresión que da Marlo desde que lo conocemos, desde que lo despreciamos como un aspirante menor ante la presencia imponente de Stringer Bell, hasta que lentamente, viendo su ascensión, su pasividad se vuelve más y más fascinante al vislumbrar el psicópata que encierra en su interior. Marlo conoce el juego a la perfección (es más inteligente de lo que puede parecer, para muestra el curioso uso que le da a los teléfonos móviles), y se aprovecha del vacío de poder para imponer su reinado. El reinado de un terror sordo y frío en Baltimore.
Desapariciones, en lugar de asesinatos. Leyendas de fantasmas, de muertos vivientes. Un régimen que ya no se basa en el respeto sino en el terror. Es posiblemente el motivo por el que Marlo se queda en la retina, el motivo por el que nos detenemos para observarle. Tenemos la posibilidad de contemplar a un monstruo sin alma, al que odiamos y tememos, y aún así, comprendemos sus motivaciones. Su ansia de poder.
Y gran parte del mérito de Marlo, lo que finalmente le lleva a la cúspide, es saber rodearse de gente capaz. Siendo su máximo exponente estos dos personajes oscuros que aguardan en el coche listos para matar. Chris Partlow y Snoop. Dos asesinos de sangre fría que ejecutan las órdenes de Marlo como si fueran extensiones de él.
Stringer Bell lo tuvo más fácil que Marlo. Siempre a la sombra de Barksdale, pudo imponer su visión, su filosofía de negocio, aprovechando el nombre que todo Baltimore respetaba. Marlo en cambio era un don nadie. Un don nadie que jugó sus armas, y las llevó al extremo, y se impuso a todos los traficantes acomodados que en realidad ya no eran capaces de soportar la verdadera acción. Que se asustaban de su ambición sin límites y su valentía rayana en la locura. Una valentía que le lleva a enfrentarse al ser casi sobrenatural que ha atemorizado a sus predecesores. Y a vencer.
Por eso cuando vemos a Marlo vestido de traje, intentando mezclarse entre políticos, intentando recorrer el mismo camino que Stringer Bell, podemos predecir que aquello no cuajará. Y cuando se escapa y le vemos recorriendo las calles de Baltimore que ya no son suyas, pues le han obligado a abandonarlas, recordamos la frase que resume perfectamente sus motivaciones. Marlo no ansía dinero, no ansía mezclarse con la clase alta de una ciudad que no es la suya. Lo suyo es esto, la sucia calle.
Volvamos a su rostro impasible. Es el rostro de alguien que llegado tan lejos como se atrevió a soñar. ¿Qué debe sentir...?
Nada. El vacío más absoluto. Esa es la impresión que da Marlo desde que lo conocemos, desde que lo despreciamos como un aspirante menor ante la presencia imponente de Stringer Bell, hasta que lentamente, viendo su ascensión, su pasividad se vuelve más y más fascinante al vislumbrar el psicópata que encierra en su interior. Marlo conoce el juego a la perfección (es más inteligente de lo que puede parecer, para muestra el curioso uso que le da a los teléfonos móviles), y se aprovecha del vacío de poder para imponer su reinado. El reinado de un terror sordo y frío en Baltimore.
Desapariciones, en lugar de asesinatos. Leyendas de fantasmas, de muertos vivientes. Un régimen que ya no se basa en el respeto sino en el terror. Es posiblemente el motivo por el que Marlo se queda en la retina, el motivo por el que nos detenemos para observarle. Tenemos la posibilidad de contemplar a un monstruo sin alma, al que odiamos y tememos, y aún así, comprendemos sus motivaciones. Su ansia de poder.
Y gran parte del mérito de Marlo, lo que finalmente le lleva a la cúspide, es saber rodearse de gente capaz. Siendo su máximo exponente estos dos personajes oscuros que aguardan en el coche listos para matar. Chris Partlow y Snoop. Dos asesinos de sangre fría que ejecutan las órdenes de Marlo como si fueran extensiones de él.
Stringer Bell lo tuvo más fácil que Marlo. Siempre a la sombra de Barksdale, pudo imponer su visión, su filosofía de negocio, aprovechando el nombre que todo Baltimore respetaba. Marlo en cambio era un don nadie. Un don nadie que jugó sus armas, y las llevó al extremo, y se impuso a todos los traficantes acomodados que en realidad ya no eran capaces de soportar la verdadera acción. Que se asustaban de su ambición sin límites y su valentía rayana en la locura. Una valentía que le lleva a enfrentarse al ser casi sobrenatural que ha atemorizado a sus predecesores. Y a vencer.
Por eso cuando vemos a Marlo vestido de traje, intentando mezclarse entre políticos, intentando recorrer el mismo camino que Stringer Bell, podemos predecir que aquello no cuajará. Y cuando se escapa y le vemos recorriendo las calles de Baltimore que ya no son suyas, pues le han obligado a abandonarlas, recordamos la frase que resume perfectamente sus motivaciones. Marlo no ansía dinero, no ansía mezclarse con la clase alta de una ciudad que no es la suya. Lo suyo es esto, la sucia calle.
Yo le dedicaría una entrada a Snoop, vaya pedazo de villano. De los más inquietantes de la tele contemporánea.
ResponderEliminarLo que más me gusta de Marlo es su frialdad. Por eso no caerá donde sí lo hizo Stringer: no quiere disfrazarse de otra cosa. Es un tipo de la calle, como bien cuentas en su última escena: "Nació en la calle y ése es su hábitat".
De hecho, esa escena demuestra que aún peores que Marlo son las sabandijas de cuello blanco con las que dialoga en ese cóctel último. El propio Levy se lo dice: "no querrías estar a solas con ellos. Te desangrarían". O algo así.
La corona, en verdad, la llevan otros. Marlo pone el músculo, la violencia y el trabajo más sucio. Pero parece que alguien mueve los hilos por encima.
De Snoop (cuyo personaje daría para una serie por sí solo) o incluso Chris pensé en escribir, pero dos escenas de Marlo, la que encabeza el post (su coronación, se podría decir...) y la final en la calle solo, me hicieron decidirme por él. Es el problema de acotarlo en 10...
ResponderEliminarAl principio este personaje no me convencía, no le veía el carisma de B&B, supongo que por esa frialdad y pasividad que comentas, aunque imagino poco a poco te das cuenta de que es parte de el personaje. Es un ganster despiadado, aunque sus maneras a veces son un poco torpes.
ResponderEliminarSu final predice que acabará con sus huesos en la carcel, aunque no creo que le importe, lo suyo es ser temido.
El personaje más odioso, aunque no por ello menos complejo. Increible percatarse que un tipo en cierto modo más razonable e inteligente, como es Stringer Bell muere a balazos, pero esta sabandija pasa por encima de todos y que quereis que os digo creo que, con el tiempo aunque no lo muestran dara en la carcel ya no le daran chupa-chups y veremos que le pasa. Este demonio apareció en la ciudad tras tantos años de violencia y drogas en Baltimore. Creo que el chaval esta loco, ese final significa que prefiere ser el terror de las calles, que ser un hombre de negocios, pero acaban muertos tarde o temprano, el gangster más viejo es Prop Joe o Butchie, es raro que lleguen a esa edad, que eran tipos menos ruidosos, por decirlo de algún modo.
ResponderEliminarTambién creo que aunque no tienen ni mucho menos el mismo peso, ni salen lo mismo en pantalla, los dos personajes más diametralmente opuestos son Jimmy Mcnulty y el gangster loco este, los dos hacen lo necesario para conseguir sus fines y los dos al fin los echan del juego en la última temporada. Claro esta a este le avisan que deje los negocios sucios o van a por el, y a Mcnulty lo echan por pasarse de la raya con justificación o no pero el detective se paso de listo y lo pillaron
ResponderEliminarVeo por tus comentarios que tienes bastante odio a este personaje (algo totalmente normal).
ResponderEliminarSin embargo, como reflexión, éste me parece un gangster más realista que Stringer Bell. Al fin y al cabo, la mayoría no son educados empresarios sino gente como él, locos hijos de la calle con pocos escrúpulos y obsesión por ser el rey.
Luego están los verdaderos gangsters... con traje y corbata, que se ríen de los niños con pistola como Marlo.
Hombre el personaje es inteligente, pero esta vacío por dentro como persona, si Avon Barksdale, siendo como era, un tipo de la peor calaña, tenía una familia, por mucho que se dedicará a putear, el hacía lo que fuera por los suyos. Pero este no tiene escrúpulos de ningún tipo. Es el resultado de años de violencia en las calles, pero aunque la serie es perfecta o inmejorable, los personajes malos de la 4 y 5 temporada, les falta algo de humanidad algo que tenían los Barksdale. Pero ese dato no es un defecto. curiosamente la 4 temporada quizá es la más compleja y elaborada
ResponderEliminarMe parece un gran análisis, acabo de acabarme la serie y me ha sorprendido. Ahora veo mucha crítica a favor de Juego de Tronos, de como el autor mata a personajes sin pararse a juzgar sus actos o si son buenos o malos, pero viendo esto queda claro que esta característica ya existía en el panorama televisivo. La serie tiene mucho de realismo sucio, de esa sensación de que la victoria no es palpable, que solo se encuentra buscandole el lado bueno, siendo optimistas. Me ha encantado, tengo 20 años y es la primera serie a la que le sigo dando muchas vueltas un mes después de acabarla.
ResponderEliminarPor cierto agradecer a Nahum que dijera en clase que era su favorita, por eso me animé a verla, aunque los 2-3 primeros capítulos me costó.
Me quedo con la frase que le dijo Marlo a Chris justo despues de reunirse con el griego en un parque...Me siento como si llevara una corona en la cabeza...verdad?? Por que eso es lo que llevo en la cabeza...
ResponderEliminarSencillamente brutal...larga vida al rey!!!