Cierro el libro. Cierro los ojos. Respiro hondo. Pienso en V. Me pregunto, por enésima vez, qué es V. Como un rostro borroso entrevisto en un sueño. Una sombra fantasmal escurriéndose por las alcantarillas de Nueva York. Una rata. Una espía. Disfrazada de cura, desarmada pieza pieza por niños en mitad del bombardeo de Malta. Una lesbiana en París. Eso es V. Nada de eso es V.
Profane y Stencil. Ya los mencioné antes, ahora se explica la referencia. Entonces estaba enfrascado en el fin de su absurdo periplo. Por supuesto no le ha llevado a ninguna parte. Así es la vida. Profane lo sabía. Por eso le daba igual lo que pasara, por eso acabó siguiendo al otro de la misma forma en que había vagado por Nueva York durante los últimos meses (¿años?). Dos personajes extraños, fascinantes en su ambigüedad. ¿Stencil busca realmente a V? ¿Hay algo que buscar?
Y luego están todos los rastros perdidos de V. Densas y extrañas y mágicas y laberínticas páginas en las que se suceden asedios, conspiraciones y guerras de las que se sabe poco y se comprende menos. Ya lo dije. V es un sueño. No tiene consistencia, quizá sólo en Malta, en algunos momentos del relato, se vislumbra. Pero ni eso. Era tan real allí como las increíbles fantasías del país llamado Vheissu.
¿Es una genialidad V? ¿Es absurdo? ¿Está vacío? ¿Está tan lleno que me ha sido imposible comprenderlo? Para bien o para mal, tal y como he dicho antes, V es el residuo de un sueño, un sueño febril del que se despierta con una grandísima revelación, como si comprendiéramos algo oscuro y minúsculo que lo eclipsa todo, pero que al poco se desliza hasta el olvido.
Allí, entre las sombras, en los recuerdos, en las historias a medias y castillos perdidos que se desmoronan por momentos, es donde siempre ha vivido, y vivirá, y existirá, V.
Me encanta el post.
ResponderEliminarCada nueva obra de Pynchon me da una nueva visión de V. y sin embargo, sigo debatiéndome siempre entre la visión de Profane y Stencil
No es mi libro favorito de Pynchon (quizá lo sean Mason y Dixon o La subasta del lote 49) pero V. creo que es el mejor libro para empezar a leer a Pynchon
Yo empecé con V., y de ahí, al resto...
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