Ir al contenido principal

El vampiro (Parte 3)

No mostró sorpresa alguna al verme a mí en lugar de al otro. Supongo que eso me descolocó. Incluso tuvo tiempo de cerrarme la puerta en las narices. Pero no lo hizo, sencillamente retrocedió un paso y me indicó que pasara. Me quedé plantado, con la boca abierta. Ella desvió la mirada un segundo hacia la navaja que relucía en mi mano, y luego se perdió en el interior. Entré. Agucé el oído pero no oí nada allí dentro, me pregunté donde se podría haber escondido. Quizá ya llamaba a la policía. Lo mejor sería marcharme, una retirada a tiempo es una victoria. De todas formas no veía nada, avanzaba a tientas por el pasillo y me sentía más expuesto que nunca, más débil, impotente. Un silencio sepulcral me rodeaba, y la oscuridad que hasta aquel momento me había supuesto una ventaja se había convertido en mi peor enemiga. Entonces oí aquella voz, susurrándome al oído, una cadencia suave y reconfortante que me hizo bajar el arma.

Recapacitando, creo que fueron sus ojos. Unos ojos azules que atrapaban la luz y que me atraparon también a mí. Me cegó. Cuando la vi por primera vez en el bar me fijé en que era muy pálida, claro, cómo ignorarlo, pero eso también era parte de su encanto. El cabello rojizo cayendo hasta media espalda, suelto, libre, el mismo cabello que ahora me acariciaba la nuca a medida que ella se inclinaba sobre mí. Seguía hablando, susurrando, aunque yo no comprendía una soloa palabra. Todo me sonaba igual, todo me sonaba a derrota, a fracaso. Dejé caer la navaja y cerré los ojos, y cuando hundió sus colmillos en mi yugular, una sonrisa ensangrentada se dibujó en mi rostro al darme cuenta de lo idiota que había sido.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tan poca vida

Novela imperfecta como un caudal descontrolado que arrastra a su paso ramas, escombros y a todo aquel que se cruce en su camino, con exceso de páginas, de sufrimiento, de personajes y de todo aquello que una gran y ambiciosa obra debe tener. Hanya Yanagihara (Los Ángeles, 1975) empezó a escribir una historia sobre cuatro amigos en Nueva York , sobre cómo evoluciona su relación a lo largo de los años, y finalmente consiguió todo lo que quería y mucho más. Cómo me gustan las historias que avanzan por caminos que inicialmente parecían claros, y que se tuercen, crecen y acaban siendo algo completamente distinto.  Jude, Willem, JB y Malcolm. Difícil olvidarlos si has recorrido las casi 1.000 páginas de este portentoso, extremadamente cruel y extremadamente bello libro. Antes de entrar al detalle sólo recuperaré las palabras con las que se suele promocionar Tan poca vida .  "La novela que hay que leer. Para descubrir... Qué dicen y qué callan los hombres" Eso ...

Nathaniel Samuel Fisher Jr.

El hijo pródigo volviendo a casa. Así empieza Six Feet Under. Así conocemos a Nate, en el aeropuerto, volviendo a Los Ángeles para Nochebuena. Él ya ha recorrido el camino que su hermana Claire todavía ni se atreve a iniciar . Él ya se rebeló en su día. Escogió marcharse de casa y buscarse a sí mismo en otra parte, renegando del negocio familiar. Sin embargo, dos sucesos marcarán su vida desde el momento en que ponga los pies en su ciudad natal. Dos sucesos que lo cambiarán todo. Una muerte primero (su padre), y un nacimiento algo después (Maya) . Nate se ve arrastrado por una marea que le lleva por un camino que jamás habría elegido, pero que poco a poco va aceptando. Vamos viendo su evolución (el cambio de peinado a lo largo de las temporadas, perfecta metáfora) con cierta tristeza. Su inevitable madurez, la pérdida de una frescura que nos atrapó, que nos fascinaba. Veíamos su relación con Brenda, su resistencia a convertirse en su padre... hasta que ya no pudo más y se rindió.

El arcoiris de la gravedad

 Publicada en 1973, inclasificable, obscena, incomprensible, fascinante e inspiradora a partes iguales, El arcoíris de la gravedad , obra cumbre del misterioso y genial Thomas Pynchon, es una novela de la que se ha hablado largo y tendido a lo largo de los años.   Desde que el jurado del premio Pulitzer la rechazara, escandalizado, dejando sin embargo el premio desierto ese año en un gesto más que elocuente. Ganadora del prestigioso National Book Award , que Pynchon rechazó, enviando un payaso en su lugar. Siempre se habla del esquivo autor, de su controversia, de la prosa recargada y las metáforas imposibles, y sobre todo , de los pasajes de pederastia y coprofagia. Sí, has leído bien. Se habla de sus mil páginas, de los intentos frustrados de leerla, peregrinos desesperados siempre perdiéndose a mitad del camino.   Tras finalizar un tortuoso viaje a través de sus páginas del que he salido maravillado, deslumbrado y por qué negarlo, totalm...