Ir al contenido principal

The Affair, elegancia y sutileza

 
I was screaming into the canyon
 At the moment of my death.
The echo I created
Outlasted my last breath...
 
La serie más importante de la actualidad. Original, sutil y fascinante (más fascinante cuanto más sutil), The affair necesitó sólo una breve tanda de trece episodios para auparse a esa posición de privilegio con su primera temporada, a pesar de sus imperfecciones, de las decisiones equivocadas y de algún error de casting. El Globo de Oro a Mejor Serie Dramática confirmó lo muchos ya sabíamos. Esto es especial.
 
Lo que nos plantea la obra de Sarah Treem y Hagai Levi (este último responsable de la nunca suficientemente alabada In Treatment) es un juego delicioso de perspectivas, de narraciones fragmentadas según el punto de vista de los protagonistas, en el que vemos cómo nunca que lo que tantos años de consumir ficción nos ha hecho olvidar. Nadie percibe la realidad de la misma forma, y un mismo y cotidiano y quizá anodino día podría ser infinitamente diferente si lo narrara una persona u otra. Y quizá ninguna está siendo fiel en absoluto a la verdad. ¿Cuál es esta verdad, entonces, si nadie la ve? 
 
Eso es The Affair. No es una serie sobre una infidelidad, sobre un asesinato o sobre dos seres perdidos aferrándose el uno al otro como dos náufragos en mitad de una tempestad. O sobre las interminables o incontrolables consecuencias de cada minúscula acción. Eso es la trama. La grandeza de esta serie, lo que la hace especial, única, importante, es que muestra cómo ven el mundo dos (ahora cuatro, en su segunda temporada) personas. Y de rebote te hace plantearte cómo lo ves tú. Casi nada.
 

 
 Desde el encuentro inicial de los personajes interpretados por Noah (un ya mítico Dominic West) y Allison (Ruth Wilson, ¿o Alice?), el mundo se rompe en mil pedazos y cada conversación, cada insignificante decisión o  acción aparece bajo un prisma  distorsionado. Acostumbrados a una narración plana, objetiva, aceptar este nuevo enfoque puede costar al principio, pero una vez zambullidos en ella, todo lo demás parece impostado, falso.
 
Si perderse en un gran libro es vivir en la mente de sus protagonistas, sentir su historia y sufrir con ellos, y alegrarse con ellos, y ver el mundo desde su prisma, a través de sus palabras, The affair es la serie que más cerca ha llegado a esas cotas literarias, la última de los intrépidos escaladores que hunden sus picos en lugares donde sólo los valientes ponen el pie.
 
Hay riesgo de caer, sí. Pero lo que vemos allí arriba, algunos sabemos que vale la pena.
 
No me importa cómo acabe la serie. No me importa si acaban juntos. Si él acaba en la cárcel o no. Si volverá con su esposa. Me da igual. Simplemente disfruto cada semana perdiéndome en ese mar narrativo tumultuoso, incontenible, de un nuevo episodio, y os animo a acompañarme porque vale muchísimo la pena...  

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tan poca vida

Novela imperfecta como un caudal descontrolado que arrastra a su paso ramas, escombros y a todo aquel que se cruce en su camino, con exceso de páginas, de sufrimiento, de personajes y de todo aquello que una gran y ambiciosa obra debe tener. Hanya Yanagihara (Los Ángeles, 1975) empezó a escribir una historia sobre cuatro amigos en Nueva York , sobre cómo evoluciona su relación a lo largo de los años, y finalmente consiguió todo lo que quería y mucho más. Cómo me gustan las historias que avanzan por caminos que inicialmente parecían claros, y que se tuercen, crecen y acaban siendo algo completamente distinto.  Jude, Willem, JB y Malcolm. Difícil olvidarlos si has recorrido las casi 1.000 páginas de este portentoso, extremadamente cruel y extremadamente bello libro. Antes de entrar al detalle sólo recuperaré las palabras con las que se suele promocionar Tan poca vida .  "La novela que hay que leer. Para descubrir... Qué dicen y qué callan los hombres" Eso ...

Nathaniel Samuel Fisher Jr.

El hijo pródigo volviendo a casa. Así empieza Six Feet Under. Así conocemos a Nate, en el aeropuerto, volviendo a Los Ángeles para Nochebuena. Él ya ha recorrido el camino que su hermana Claire todavía ni se atreve a iniciar . Él ya se rebeló en su día. Escogió marcharse de casa y buscarse a sí mismo en otra parte, renegando del negocio familiar. Sin embargo, dos sucesos marcarán su vida desde el momento en que ponga los pies en su ciudad natal. Dos sucesos que lo cambiarán todo. Una muerte primero (su padre), y un nacimiento algo después (Maya) . Nate se ve arrastrado por una marea que le lleva por un camino que jamás habría elegido, pero que poco a poco va aceptando. Vamos viendo su evolución (el cambio de peinado a lo largo de las temporadas, perfecta metáfora) con cierta tristeza. Su inevitable madurez, la pérdida de una frescura que nos atrapó, que nos fascinaba. Veíamos su relación con Brenda, su resistencia a convertirse en su padre... hasta que ya no pudo más y se rindió.

El arcoiris de la gravedad

 Publicada en 1973, inclasificable, obscena, incomprensible, fascinante e inspiradora a partes iguales, El arcoíris de la gravedad , obra cumbre del misterioso y genial Thomas Pynchon, es una novela de la que se ha hablado largo y tendido a lo largo de los años.   Desde que el jurado del premio Pulitzer la rechazara, escandalizado, dejando sin embargo el premio desierto ese año en un gesto más que elocuente. Ganadora del prestigioso National Book Award , que Pynchon rechazó, enviando un payaso en su lugar. Siempre se habla del esquivo autor, de su controversia, de la prosa recargada y las metáforas imposibles, y sobre todo , de los pasajes de pederastia y coprofagia. Sí, has leído bien. Se habla de sus mil páginas, de los intentos frustrados de leerla, peregrinos desesperados siempre perdiéndose a mitad del camino.   Tras finalizar un tortuoso viaje a través de sus páginas del que he salido maravillado, deslumbrado y por qué negarlo, totalm...