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The Newsroom, aspirar a más


Me voy a permitir ser subjetivo en esta reseña. Por qué no. Al fin y al cabo esta serie, y Aaron Sorkin por hacerla, lo merecen con creces. Demasiados golpes han recibido ya. Sí, la primera colaboración del creador de El Ala Oeste de la Casa Blanca, Studio 60 y Sports Night, con la prestigiosa HBO no ha sido el éxito esperado. Sinceramente, tras ver sus primeras dos temporadas, lo entiendo.

Y es que The Newsroom no es una serie sobre periodistas. Eso se vendió, pero no lo es. No es un retrato de un noticiario, del complejo entramado que hay detrás. No son grandes o no tan grandes personajes, mejor o peor desarrollados (ya entraremos ahí). No es política. Estrictamente es todo eso, pero en el fondo es mucho más simple. The Newsroom es una idea que se plasma en cada plano, en cada secuencia. Se puede aspirar a más. Debemos aspirar a más. Como periodistas, espectadores. Como personas.

Si alguien empieza a ver The Newsroom con la idea de que está a punto de adentrarse en un noticiario más o menos realista, acabará decepcionado. Si le gusta el estilo Sorkin (lo tiene hasta en el más ínfimo detalle, hasta en sus errores), no tanto, pero aún así, no le apasionará. Por poner un ejemplo, The Good Wife es una serie sobre abogados, y llega un punto en que crees que esos bufetes existen en Chicago. La construcción de los personajes, de los casos, te llevan ahí.

The Newroom no se puede empezar a disfrutar hasta que uno la acepta por lo que es, la visión de Aaron Sorkin, y por lo tanto absolutamente subjetiva, de lo que el periodismo debería aspirar a ser.

Esta no es una visión perfecta, uno puede disentir con ella. De hecho uno puede odiar a algunos personajes. O algunas tramas. O muchas. Pero cuando acaba cada capítulo, y lo que he visto me hace querer informarme mejor, ser más crítico, exigir más y dar más, cómo no voy a sentarme y escribir una oda a una de las series más brillantes y más imperfectas de la parrilla.

- ¿Por qué América es el mejor país del mundo?
- No lo es.




Así empieza The Newsroom. Con esta inmejorable carta de presentación de la mano de un soberbio Jeff Daniels a través del cual Sorkin planta las bases de lo que será su serie. Huelga decir que el discurso del vídeo anterior es ya historia de la televisión. Un hombre hastiado, incapaz de soportar los mismos discursos de conservadores, de liberales, ambos atrapados en los lugares comunes que durante años han ido construyendo, y tras los que se parapetan.

Lo que sigue es una oda al periodismo. Al de verdad. Al que no toma al espectador por imbécil, el que muestra información importante, el que huye del sensacionalismo, aunque venda menos. Un equipo de lo más variopinto emprende la quijotesca tarea, creando un noticiario simplemente mágico. A veces, mientras la veo, más allá del tema que trate, no puedo evitar la dichosa pregunta. ¿Hay alguna cadena en España que intente (no digo ya consiga, eso puedo responderlo yo mismo) algo similar en horario de máxima audiencia? Por favor, ilustradme en los comentarios si creéis que sí.


Por supuesto, qué es importante y qué no, o hasta que punto no hay un ataque directo hacia los republicanos, le han granjeado más de una crítica. Por no hablar de que la decisión de utilizar en su gran mayoría noticias reales también le ha valido el adjetivo de oportunista. Quizá lo sea. Para mí no, sinceramente. Ayuda a empatizar con lo que intentan hacer. Ayuda a que, cuando me siente frente al televisor para ver las noticias, recuerde The Newsroom y me pregunte qué me contaría Will McAvoy.

Luego está el resto del equipo. A ellos me refería antes cuando hablaba de personajes mejor o peor desarrollados. Antes de juzgarlos, me gustaría alabarlos en conjunto, por un hecho imprescindible. En cada frases de diálogo, en cada gesto, se nota que hasta el último de ellos cree en lo que están haciendo. Cree en la idea que plantea Sorkin. Y eso como espectador no tiene precio.

Pero claro, cualquiera que haya visto una serie de este genio neoyorkino reconocerá sus manías a la hora de crear personajes. No sólo el hecho de que hasta el último tenga una inteligencia extrema o sea capaz de pensar réplicas ingeniosas a la velocidad de la luz. Eso se acepta. Al fin y al cabo, como bien nos dice Sorkin en el discurso inicial, en un día no muy lejano, "Actuábamos como hombres, aspirábamos a la inteligencia, no la despreciábamos, no nos hacía sentirnos inferiores". 

El problema, el único, creo yo, son las tramas externas al noticiario. Los amoríos, los defectos absurdos y el humor de guardería son los baches que hasta el momento Sorkin no ha sabido pulir. Pero cuando empieza la cuenta atrás, cuando todos se centran en lo importante, en hacer las noticias, ahí la serie se eleva hasta las estrellas. Eso es The Newsroom. Eso quiero ver. En la ficción y en la realidad.

Sinceramente, vale la pena.




Comentarios

  1. Hola. Considero que se trata de una magnífica serie. Le da mil vueltas a otras con más prestigio. Por supuesto, es idealista, no realista. Pero eso precisamente es lo que le falta al periodismo

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