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Lo mejor del 2011. Llegó tarde, pero llegó

Flojo año el que dejamos atrás. Tanto, que no ha habido una producción audiovisual que me motivara a retomar este blog durante los últimos meses. Hasta ahora.

Las dos series que mencioné en mi última entrada (Dexter y House) se han hundido en un lodazal del que dudo salgan en futuras temporadas (penoso el final de la primera, coronando una temporada para el olvido, consecuente el parón de la segunda ante la mediocridad en que la habían sumido unas decisiones de guión cobardes como pocas...).

Breaking Bad tuvo sus momentos (algo casi inevitable por los actorazos que la pueblan), pero excepto el final, no hubo excelencia en la cuarta temporada. La tercera de The Good Wife parece un descanso de los guionistas hasta el momento (ojalá todos los descansos fueran así, pues sigue siendo lo mejor de los lunes). Treme es la única que seguía al nivel (fuera de gráficos o valoraciones, pues esta serie no los admite). Boardwalk Empire es la metáfora ideal de Atlantic City, tan artificial como ésta. No le encuentro el punto a la serie, aunque veo que el envoltorio es casi perfecto, no me interesa la historia de Nucky Thompson... Downton Abbey por su parte (sí, la incluyo entre las Grandes) llegó a niveles de culebrón casi paródicos, pero me sigue encantando. Adoro a la mayoría de personajes, y eso ayuda...

Respecto a las comedias, poco que decir. No ha sido su año. 30Rock me sigue pareciendo la mejor, muy de largo, pero es que compararla con Community, Modern Family, Rasing Hope, How I Met Your Mother etc... es injusto. Tanto como compararlas entre ellas.

Homeland, American Horror Story, Boss. Las tres grandes sorpresas. Muy buenas, fantásticas por momentos, promesas todavía. Juego de Tronos es otra cosa. Demasiado grande, demasiado ambiciosa. Y a pesar de ello, le falta la chispa que la haga genial.

Hubiera destacado el principio de AHS y el final de Homeland como lo mejor de año (vale, el final de Breaking Bad también), amén de la miniserie inglesa The Crimsom Petal and the White, de la que ya hablé aquí, si no fuera por la perla que llegó a última hora. Inesperada. Mencionada aquí y allá en foros, en mis páginas habituales. Alabada por todos.

Cuando la vi, entendí. Recordé que hubo una época en que la televisión no era el nuevo cine, donde las grandes producciones lo inundan todo. Una época en que los genios contemporáneos podían desarrollar allí toda su creatividad. Y las mejores historias las teníamos en la pequeña pantalla. Sí, la pequeña pantalla, que no necesita agrandarse para alojar macroproducciones, sino que siempre ha sido grande por las maravillas que ocasionalmente nos brinda a los que tenemos la suerte de poder verlas.

Todo eso pensé, cuando vi la mejor producción del 2011.

BLACK MIRROR.

Serie inglesa. 3 episodios. Autoconclusivos. A cuál mejor. Recomendarla es poco. Maldecir porque no haya más capítulos (de momento...) es lo normal. Qué absoluta muestra de genialidad para rematar el 2011.

Analicemos cada una de estas 3 joyas...



1. The National Anthem


El más rompedor (a primera vista). El que ha conseguido que la serie se extienda como la pólvora por foros de todo el mundo, en un movimiento casi irónico (o sin el casi) por el tema que trata.

¿Cuál es éste? Simplemente, el poder de las redes sociales. El poder de Internet. El argumento es tan simple como brutal. La princesa de Inglaterra ha sido secuestrada, los secuestradores han colgado un vídeo en Youtube donde la muchacha lee la única petición: el Primer Ministro deberá aparecer en televisión a las 4 de esa tarde si quiere salvarla. Follándose a un cerdo.

Esto son los primeros cinco minutos de capítulo. El resto es un crescendo donde asistimos incrédulos a la presión mediática que se cierne sobre ese hombre para que participe en algo que a primera vista hubiéramos despachado con una sonrisa.

Por si alguno piensa que es una buena premisa, pero a ver cómo la desarrollan, sólo diré que el final fue lo que más me gustó del capítulo. Un capítulo que de por sí habría colocado esta serie entre lo mejor del año. Increíble que, una vez vistos los demás, sea el que me parece más flojo.

2. 15 Million Merits

No puedo ser objetivo con este capítulo. Me parece, muy de lejos, lo mejor que se ha hecho en cine o televisión este año. En una ficticia ceremonia de Oscars+Globos de Oro..., sólo tendría un competidor, y es el tercer capítulo de esta apoteósica serie que es Black Mirror.


Baste con decir que esta metáfora pseudofuturista sobre la sociedad actual está al nivel de obras proféticas como 1984 o Un mundo feliz. Bebe de ellas, y las actualiza. Pero al contrario que ellas, no nos avanza cómo será el futuro. No. Nos explica quiénes somos. Me fascina que se pueda pensar que es una crítica sobre los talent shows, o que haya quien vea el final como una muestra de la hipocresía del ser humano. 15 Million Merits nos pone un espejo delante. El poblema es que, aceptar lo que vemos ahí, duele.

Humanos que dedican la mayor parte del día a una tarea insulsa y monótona (pedaleando en bicis estáticas frente a monitores de televisión), ganando así Méritos (como si fueran euros, qué más da) con los que pagan comida que sale de máquinas expendedoras, o se descargan la última aplicación (no para su móvil, pero como si fuera, pues a efectos prácticos, es como si vivieran dentro de uno) o pueden ver los canales que quieran de televisión. La única meta en sus vidas es, si reunen suficientes Méritos, participar en un concurso televisivo de talentos (Britain's Got Talent, Tú sí que vales o sucedáneos).


¿Es eso un argumento futurista? Apenas. Es, simplemente, un alegado descarnado contra la vida plastificada y en cadena que nos tocará vivir a no ser que abramos los ojos. Eso sí, el hecho de que este mismo episodio sea parte de una serie de televisión que te puedes descargar tranquilamente por Internet, verla y aplaudirla y luego escribir un post como éste y casi olvidarte de ello... dice tanto de la grandiosidad del capítulo como de lo inevitable de su mensaje.

El momento en que cierto personaje selecciona el trozo de cristal para descargarlo... me parece lo más triste y genial visto en tiempo. El destino de los dos protagonistas hace de este capítulo (injusto reducirlo a ese térmito... pero eso es) ya un clásico de la televisión.

Y pasemos al último, otra maravilla.

3. The Entire History Of You

Este capítulo es otra genialidad absoluta. Quizá la mayor de las tres, pues es la más original. Así como en 15 Million Merits no podía ser objetivo, pues veía claramente un reflejo de lo que me rodea, con tanta nitidez que ya estaba aplaudiendo a los diez minutos de capítulo, en el caso de The Entire History Of You puedo decir que, desde hace mucho tiempo, no veía una muestra de Ciencia Ficción de este calibre.

El punto de partida es magnífico. En un futuro cercano, se ha inventado un dispositivo electrónico que se implanta detrás de la oreja, y que conectado a la vista, graba todo lo que sucede en el día a día de su dueño. Así, este puede repasar en cualquier momento algún momento de su pasado. Curioso. Qué haríamos con algo así. Pronto vemos que las posibilidades son infinitas. Y perturbadoras.


No explicaré el capítulo, pero simplemente recomendaré que dejéis volar la imaginación. Cómo podría afectar eso a una relación de pareja. En el sexo, pudiendo rememorar siempre que quieras tus mejores momentos del pasado, en vez de tener que conformarte con el presente. Las recriminaciones, las sospechas, los celos, todo llegaría a otro nivel. Un nivel casi enfermizo. Sólo decir que no me parece posible desarrollarlo mejor. Un 10 para los guionistas. Me quito el sombrero, de pie, y aplaudo hasta que me duelen las manos.


Conclusión

Dadle una oportunidad a esta serie y ya me contaréis. De los argumentos ya os he hablado. Sólo me falta mencionar a los actores. O yo estoy obnubilado y los actores ingleses me parecen lo que no son, o el nivel entre ellos y el resto del mundo es un abismo. Además, en 15 Million Merits, por si ya no fuera imprescindible, la coprotagonista es la bellísima Sybil de Downton Abbey. No hace falta decir mucho más.

Por supuesto, si después de verla seguís pensando que en este 2011 ha habido algo mejor... ¡no tardéis en recomendarme esa absoluta obra maestra que me puedo estar perdiendo!


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