
"Para ser española, es bastante buena". Demasiadas veces he repetido la dichosa frase al hablar de esta serie. Pretendía no hacerlo aquí, pero ya es algo tarde, y además, lo he querido hacer. Lo he querido porque ése el lastre que arrastra Crematorio. No estamos acostumbrados a que nuestras series busquen la excelencia sino la audiencia (el reciente caso de Downton Abbey debería enseñar alguna lección...). Sin embargo, aquí se busca lo primero. Los resultados pueden ser más o menos irregulares, pero en los momentos en que se ve lo que quieren conseguir, Crematorio se engrandece y ahí engancha. Así, mi conclusión es clara: Crematorio es una muy buena serie, sin peros.
Sus grandes bazas: un buen guión, una gran realización y (algunos) actores en estado de gracia, mención especial para José Sancho. Sus créditos iniciales, más que inspirados en los de True Blood, me han ganado con los capítulos, y me parecen también una gran elección.

Es una serie que, sin ningún pudor, se mira en el espejo de Los Soprano, y eso son palabras mayores. Pero esto no tiene por qué ser algo negativo, al revés. Qué mal hay en aspirar a lo máximo.
Lo malo son ciertos detalles que lastran el conjunto, entre los que destacaría la penosa representación del cuerpo de policía y la esquelética y burda "organización rusa". En general, me parece que le faltan por pulir muchos detalles para llegar a ser grande. Es algo que se suele descuidar por la cantidad de trabajo que representa, y lo poco que lo valora el espectador medio. Huelga decir que suscribo las palabras de David Simon sobre este tipo de espectador...
Además, algunos personajes simplemente no dan la talla. Los agentes de policía son inexpresivos y no tienen el más remoto interés, el abogado simplemente no es un buen actor, y las mujeres que rodean al protagonista, excepto su madre, desprenden un aura de falsedad que no las hace creíbles. Quizá es que estoy acostumbrado a actuaciones de mucho más nivel, pero así lo veo, y me impide disfrutar en ocasiones de una historia en la que me sumerjo de forma natural cada vez que pulula por la pantalla José Sancho.

Acabaré resaltando el aspecto que me hacen esperar cada nuevo capítulo con gran interés. No son las actuaciones, ni la fotografía cuidada. Eso ayuda, por supuesto. Pero la verdad es que, para mí, esta historia tiene muchísimas posibilidades. Es una gran idea bien planteada, y mejor desarrollada. Tanto el ascenso de Bertomeu como el rumbo que están tomando los acontecimientos deben ser desarrollados como se merecen (y espero que con valentía, sobre todo esto último).
Espero que cuando acabe el octavo capítulo sienta la necesidad de volver a hablar sobre ella. De momento me dispongo a ver el quinto antes que el capítulo que me toque de series como The Good Wife o House, de las que estoy poniéndome al día. Y eso ya dice algo a favor de Crematorio.
Sus grandes bazas: un buen guión, una gran realización y (algunos) actores en estado de gracia, mención especial para José Sancho. Sus créditos iniciales, más que inspirados en los de True Blood, me han ganado con los capítulos, y me parecen también una gran elección.

Es una serie que, sin ningún pudor, se mira en el espejo de Los Soprano, y eso son palabras mayores. Pero esto no tiene por qué ser algo negativo, al revés. Qué mal hay en aspirar a lo máximo.
Lo malo son ciertos detalles que lastran el conjunto, entre los que destacaría la penosa representación del cuerpo de policía y la esquelética y burda "organización rusa". En general, me parece que le faltan por pulir muchos detalles para llegar a ser grande. Es algo que se suele descuidar por la cantidad de trabajo que representa, y lo poco que lo valora el espectador medio. Huelga decir que suscribo las palabras de David Simon sobre este tipo de espectador...
Además, algunos personajes simplemente no dan la talla. Los agentes de policía son inexpresivos y no tienen el más remoto interés, el abogado simplemente no es un buen actor, y las mujeres que rodean al protagonista, excepto su madre, desprenden un aura de falsedad que no las hace creíbles. Quizá es que estoy acostumbrado a actuaciones de mucho más nivel, pero así lo veo, y me impide disfrutar en ocasiones de una historia en la que me sumerjo de forma natural cada vez que pulula por la pantalla José Sancho.

Acabaré resaltando el aspecto que me hacen esperar cada nuevo capítulo con gran interés. No son las actuaciones, ni la fotografía cuidada. Eso ayuda, por supuesto. Pero la verdad es que, para mí, esta historia tiene muchísimas posibilidades. Es una gran idea bien planteada, y mejor desarrollada. Tanto el ascenso de Bertomeu como el rumbo que están tomando los acontecimientos deben ser desarrollados como se merecen (y espero que con valentía, sobre todo esto último).
Espero que cuando acabe el octavo capítulo sienta la necesidad de volver a hablar sobre ella. De momento me dispongo a ver el quinto antes que el capítulo que me toque de series como The Good Wife o House, de las que estoy poniéndome al día. Y eso ya dice algo a favor de Crematorio.
La series está siendo toda una maravilla,la interpretación de Pepe Sancho es espectacular,se come la pantalla en cada plano,todo un ejemplo a seguir.
ResponderEliminarEs verdad que el elenco femenino está un poco más flojo, en especial la nieta de Bertomeu. Lo demás me está gustando mucho. En especial los flashback que son introducidos de una manera muy natural y aportan mucho a los personajes y la historia.
ResponderEliminarLos flashbacks es verdad que son muy interesantes (y relevantes). A mí me dejaron con ganas de saber más de esa época.
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