El pasado octubre llegó a nuestras pequeñas pantallas la esperadísima séptima temporada de Dexter. Largos años acompañando a su oscuro pasajero en la odisea vital que parecía llegar a su culminación con la última escena del año pasado, a estas alturas ya hemos visto de todo. Lo mejor (Trinity), y lo peor (Miguel Prado) . La escasa valentía de los guionistas no daba demasiadas esperanzas, demostrando que si una vez se atrevieron a dar un paso adelante, eran capaces de recular lo necesario para mantener la fórmula. Así pues, sólo quedaba una cosa por ver. Y llegó ese momento clave . Lo esperábamos con ansias. Había mil teorías sobre cómo se produciría, sobre sus repercusiones. Todo debía cambiar, los pilares de una vida cimentada en una sangrienta mentira debían no tambalearse, sino desmoronarse por completo aplastando a todos bajo su peso. Una espiral que nos llevara en volandas hacia un final apoteósico (todo espectador tiene en mente uno). ¿Es eso lo que nos he...
I wish I could write you a melody so plain that would hold you dear lady from going insane...