De la misma forma que destacaba la importancia de los secundarios en mi anterior entrada, existe un tipo de series en las que el carisma del protagonista eclipsa todo lo demás. Hoy toca hablar de la vuelta de dos de ellas. Series donde todos los focos apuntan al mismo rostro.
Y es que poco pueden hacer los demás cuando tienen al lado a un Hugh Laurie en absoluto estado de gracia regalándonos el Sherlock Holmes del siglo XXI, o de un monstruo fascinante como es el Dexter Morgan de un Michael C. Hall que, por imposible que parezca, nos hace olvidar su inolvidable papel de David en Six Feet Under.
Pero es que House y Dexter son dos personajes que han revolucionado el mundo de las series. Mucho ha cambiado el panorama desde que irrupieron, y ahora, encarando su octava y sexta temporada, respectivamente, la misma pregunta se plantea para ambos.
¿Ha llegado la hora de poner punto y final a sus andanzas, o aún les queda cuerda para rato a estos dos viejos rockeros de la televisión?
House. Qué decir de él que no se haya dicho ya. Es leyenda viva. Un personaje que marcó tendencia, del que se hicieron y aún se hacen mil imitaciones. Por supuesto, ninguna le llega a la suela a la creación de Hugh Laurie (y de los guionistas que le regalaron este bombón de personaje, y que tienen mucho más mérito y talento del que a veces se les reconoce).
Recientemente llegó a nuestras agendas el primer capítulo de su octava temporada, tras meses preguntándonos cómo continuarían después de ese final. Ya tenemos la respuesta. Ya sabemos, o intuímos, por dónde irán los tiros. Y me gusta. Tan sencillo como eso. Me ha enganchado. Ojo, ahora revelaré más de lo que quieres saber si no has visto el capítulo.
Creo que la serie necesitaba un giro así. Liberarse del lastre que representaban sus secundarios y cambiar de escenario. Al fin y al cabo, lo que me interesa es House. Por él he visto siete (¡siete!) temporadas. Y él sigue en plena forma. Además, sus compañeros de cautiverio me han despertado más interés en 40 minutos que algunos (Chase, por nombrar uno) en incontables horas. Hay buen material ahí dentro.
Veamos cómo evoluciona. Disfrutemos de la novedad. Y luego, sobre posibles finales... Con lo triste que fue el día en que leí la última historia de Sherlock Holmes, ¿qué ganas puedo tener de que se vuelva a repetir? Además, soy de la opinión que en esta historia todavía falta un Moriarty...
Y ahora vayamos con nuestro psicópata favorito...
Dexter. Qué grandes momentos nos ha brindado. Esa increíble cuarta temporada. Incluso la segunda, que me encantó. Además, tiene uno de los personajes más fascinantes de la televisión, lo cual siempre ayuda. Y sin embargo, siempre se oyen los mismos comentarios. Deberían darle un buen final. Un final que acabe con Dexter capturado, o muerto incluso. Una y otra vez, leo lo mismo.
Y en este caso, estoy de acuerdo. El capítulo inicial de esta sexta temporada ha confirmado mis impresiones. Ya tuvimos al gran némesis de Dexter. Ya le persiguieron a él, directamente. Qué les queda. Poco. Seguir estirando la historia.
El problema de base son los secundarios. Así de claro. La serie con (quizá) el mejor personaje de la televisión, tiene (sin duda) los peores actores de reparto. Entre insulsos y lamentables. En el momento en que la trama se desvía ligeramente de Dexter, el barco hace aguas. Y al contrario que en House, no veo a Dexter iniciando una nueva vida en un entorno distinto. Está atado a su familia, a sus amigos, a sus compañeros. Con ellos llegará hasta el final (así está planteada la serie, lo queramos o no).
La nueva trama de esta sexta temporada, a priori, no parece tener el menor interés. Se intuye el componente religioso, algo que cuadra poco o nada con lo que era la serie hasta ahora. Quizá dé juego. Ojalá. Pero excepto en una ocasión (todos sabemos cuál fue), los guionistas de Dexter nunca han arriesgado. Parece increíble con el tema que tienen entre manos, pero (casi) siempre me ha dado la sensación de que se quedaban a medias, retrocedían, cuando podían ir más allá.
Si dieran ese paso, claro que podría seguir la serie durante muchas temporadas. Pero estancados en este Dexter familiar, nunca se callarán las voces que claman su fin. La mía la primera... y lo único que espero es que me obliguen a rectificar más pronto que tarde.
Y es que poco pueden hacer los demás cuando tienen al lado a un Hugh Laurie en absoluto estado de gracia regalándonos el Sherlock Holmes del siglo XXI, o de un monstruo fascinante como es el Dexter Morgan de un Michael C. Hall que, por imposible que parezca, nos hace olvidar su inolvidable papel de David en Six Feet Under.
Pero es que House y Dexter son dos personajes que han revolucionado el mundo de las series. Mucho ha cambiado el panorama desde que irrupieron, y ahora, encarando su octava y sexta temporada, respectivamente, la misma pregunta se plantea para ambos.
¿Ha llegado la hora de poner punto y final a sus andanzas, o aún les queda cuerda para rato a estos dos viejos rockeros de la televisión?
House. Qué decir de él que no se haya dicho ya. Es leyenda viva. Un personaje que marcó tendencia, del que se hicieron y aún se hacen mil imitaciones. Por supuesto, ninguna le llega a la suela a la creación de Hugh Laurie (y de los guionistas que le regalaron este bombón de personaje, y que tienen mucho más mérito y talento del que a veces se les reconoce).
Recientemente llegó a nuestras agendas el primer capítulo de su octava temporada, tras meses preguntándonos cómo continuarían después de ese final. Ya tenemos la respuesta. Ya sabemos, o intuímos, por dónde irán los tiros. Y me gusta. Tan sencillo como eso. Me ha enganchado. Ojo, ahora revelaré más de lo que quieres saber si no has visto el capítulo.
Creo que la serie necesitaba un giro así. Liberarse del lastre que representaban sus secundarios y cambiar de escenario. Al fin y al cabo, lo que me interesa es House. Por él he visto siete (¡siete!) temporadas. Y él sigue en plena forma. Además, sus compañeros de cautiverio me han despertado más interés en 40 minutos que algunos (Chase, por nombrar uno) en incontables horas. Hay buen material ahí dentro.
Veamos cómo evoluciona. Disfrutemos de la novedad. Y luego, sobre posibles finales... Con lo triste que fue el día en que leí la última historia de Sherlock Holmes, ¿qué ganas puedo tener de que se vuelva a repetir? Además, soy de la opinión que en esta historia todavía falta un Moriarty...
Y ahora vayamos con nuestro psicópata favorito...
Dexter. Qué grandes momentos nos ha brindado. Esa increíble cuarta temporada. Incluso la segunda, que me encantó. Además, tiene uno de los personajes más fascinantes de la televisión, lo cual siempre ayuda. Y sin embargo, siempre se oyen los mismos comentarios. Deberían darle un buen final. Un final que acabe con Dexter capturado, o muerto incluso. Una y otra vez, leo lo mismo.
Y en este caso, estoy de acuerdo. El capítulo inicial de esta sexta temporada ha confirmado mis impresiones. Ya tuvimos al gran némesis de Dexter. Ya le persiguieron a él, directamente. Qué les queda. Poco. Seguir estirando la historia.
El problema de base son los secundarios. Así de claro. La serie con (quizá) el mejor personaje de la televisión, tiene (sin duda) los peores actores de reparto. Entre insulsos y lamentables. En el momento en que la trama se desvía ligeramente de Dexter, el barco hace aguas. Y al contrario que en House, no veo a Dexter iniciando una nueva vida en un entorno distinto. Está atado a su familia, a sus amigos, a sus compañeros. Con ellos llegará hasta el final (así está planteada la serie, lo queramos o no).
La nueva trama de esta sexta temporada, a priori, no parece tener el menor interés. Se intuye el componente religioso, algo que cuadra poco o nada con lo que era la serie hasta ahora. Quizá dé juego. Ojalá. Pero excepto en una ocasión (todos sabemos cuál fue), los guionistas de Dexter nunca han arriesgado. Parece increíble con el tema que tienen entre manos, pero (casi) siempre me ha dado la sensación de que se quedaban a medias, retrocedían, cuando podían ir más allá.
Si dieran ese paso, claro que podría seguir la serie durante muchas temporadas. Pero estancados en este Dexter familiar, nunca se callarán las voces que claman su fin. La mía la primera... y lo único que espero es que me obliguen a rectificar más pronto que tarde.
Bona Jordi! Veig que has complert amb la teva paraula i has escrit sobre Dexter :)
ResponderEliminarTinc tant de carinyo a aquesta serie que cada nova temporada em provoca una barreja d'alegria per tornar-la a veure i por de que la liin i s'acabi de manera indigna... En fi, a veure que tal segueix amb Debra com a nova Lieutenant. ;)