El final de una serie es un momento crítico. Todo lo anterior queda en suspenso, todo será juzgado de nuevo en relación con los últimos minutos, por muchas temporadas que arrastre a las espaldas, por muchos grandes momentos que nos haya dado. Los ejemplos son muchos y variados. El más obvio, el de Lost, que consiguió hundir la serie hasta el punto de que pocos son los que la recomiendan a día de hoy. El caso inverso, Six Feet Under, que elevó la creación de Alan Ball hasta cotas de genialidad jamás alcanzadas en el panorama televisivo. Esta semana pudimos disfrutar del esperado final de Damages , una serie a estas alturas bastante minoritaria (con bastante razón muchos la han abandonado), pero con suficiente interés, sobre todo por sus protagonistas, como para mantenernos a unos pocos enganchados y expectantes hastas el último minuto. Y quizá ese es el problema. Que siempre esperé más de lo que Damages dio . Siempre pensé que detrás de los engaños, de las triquiñuelas de...
I wish I could write you a melody so plain that would hold you dear lady from going insane...